Recetas Naturales: El Regreso Triunfal de la Dieta del Pomelo
Recetas Naturales: El Regreso Triunfal de la Dieta del Pomelo
Allá por la década del '70 se hizo muy conocida la Dieta del Pomelo, también llamada la Dieta de Hollywood, ya que muchas estrellas la usaban para ponerse en línea rápidamente y estar listos para su próxima película.
Su característica principal era un alto consumo de pomelo (mejor el rosado) que se suponía que ayudaba a bajar de peso con más velocidad.
Como todo lo que es exitoso, rápidamente fue criticada por los nutricionistas que decían que no había ningún estudio científico que avalara dicha afirmación y qué todo era pura fantasía. Como consecuencia de esto, la Dieta del Pomelo cayó al olvido.
Pero el tiempo suele dar revanchas, y esto es lo que pasó con este humilde cítrico. Nuevos estudios avalan estas propiedades y han descubierto otros importantes beneficios.
El Estudio del Dr. Fujioka
En el año 2004 el Dr. Ken Fujioka dirigió un estudio de investigación sobre el pomelo en el Centro de Nutrición y Metabolismo de la Clínica Skripps.
Se usó a un grupo de voluntarios que debían agregar a su dieta cotidiana pomelo en cantidad. Se utilizó la fruta al natural, jugo de pomelo y extracto de pomelo en cápsulas.
Al cabo de 12 semanas el resultado fue el siguiente: Quienes usaron el pomelo natural tuvieron una reducción promedio de 3.6 kilos, llegando en algunos casos puntuales a 10 kilos.
Los que usaron jugo y suplementos obtuvieron un descenso promedio de 3.3 kilos.
La conclusión del Dr. Fujioka es que el pomelo posee componentes que ayudan a regular los niveles de insulina. Siendo ésta la hormona principal en la producción de grasas corporales, el efecto es muy claro. Obviamente la regulación sobre el colesterol y los triglicéridos también quedó confirmada ya que también son grasas orgánicas.
Por si fuera poco el pomelo posee poderosos micronutrientes anticáncer como los liminoides y el potente antioxidante licopeno (en el pomelo rosado).
Cómo realizar la Dieta del Pomelo
Está claro que no es una dieta para seguir siempre, hay que considerarla como una herramienta para bajar de peso, regular las grasas y desintoxicarse.
Se realiza un mínimo de tres días y puede llevarse sin problemas hasta el mes, ya que es bastante equilibrada en lo nutricional. Al cabo del período pasaremos a una dieta de mantenimiento de más amplia variedad.
Un menú modelo sería:
Desayuno: Un pomelo (con edulcorante si se desea). Dos huevos en cualquier foma. Dos rebanadas de jamón u otro fiambre desgrasado.
Para una opción más dulce reemplazamos el jamón por un yogur descremado con una cucharada de salvado de avena ultrafino.
Almuerzo: Un pomelo. Una ensalada abundante de hojas verdes, condimentada con aceite de oliva y limón o vinagre de manzana. Carnes de cualquier tipo, la cantidad deseada.
Cena: Un pomelo. Ensalada abundante de hojas verdes. Carnes blancas (preferentemente pescado) la cantidad que se desee.
Infusiones durante el día: Té verde o Rojo con edulcorante.
Bebidas: Agua mineral, con o sin gas. Agua Saborizada. Té verde frío.
Entrecomidas, cuando hay hambre: Un pomelo, un yogur descremado con salvado de avena. En lugar del yogur puede ser una porción de queso desgrasado.
Como de costumbre, si se lleva a un lapso amplio de tiempo, se sigue la dieta seis días por semana dejando libre el séptimo.
Allá por la década del '70 se hizo muy conocida la Dieta del Pomelo, también llamada la Dieta de Hollywood, ya que muchas estrellas la usaban para ponerse en línea rápidamente y estar listos para su próxima película.
Su característica principal era un alto consumo de pomelo (mejor el rosado) que se suponía que ayudaba a bajar de peso con más velocidad.
Como todo lo que es exitoso, rápidamente fue criticada por los nutricionistas que decían que no había ningún estudio científico que avalara dicha afirmación y qué todo era pura fantasía. Como consecuencia de esto, la Dieta del Pomelo cayó al olvido.
Pero el tiempo suele dar revanchas, y esto es lo que pasó con este humilde cítrico. Nuevos estudios avalan estas propiedades y han descubierto otros importantes beneficios.
El Estudio del Dr. Fujioka
En el año 2004 el Dr. Ken Fujioka dirigió un estudio de investigación sobre el pomelo en el Centro de Nutrición y Metabolismo de la Clínica Skripps.
Se usó a un grupo de voluntarios que debían agregar a su dieta cotidiana pomelo en cantidad. Se utilizó la fruta al natural, jugo de pomelo y extracto de pomelo en cápsulas.
Al cabo de 12 semanas el resultado fue el siguiente: Quienes usaron el pomelo natural tuvieron una reducción promedio de 3.6 kilos, llegando en algunos casos puntuales a 10 kilos.
Los que usaron jugo y suplementos obtuvieron un descenso promedio de 3.3 kilos.
La conclusión del Dr. Fujioka es que el pomelo posee componentes que ayudan a regular los niveles de insulina. Siendo ésta la hormona principal en la producción de grasas corporales, el efecto es muy claro. Obviamente la regulación sobre el colesterol y los triglicéridos también quedó confirmada ya que también son grasas orgánicas.
Por si fuera poco el pomelo posee poderosos micronutrientes anticáncer como los liminoides y el potente antioxidante licopeno (en el pomelo rosado).
Cómo realizar la Dieta del Pomelo
Está claro que no es una dieta para seguir siempre, hay que considerarla como una herramienta para bajar de peso, regular las grasas y desintoxicarse.
Se realiza un mínimo de tres días y puede llevarse sin problemas hasta el mes, ya que es bastante equilibrada en lo nutricional. Al cabo del período pasaremos a una dieta de mantenimiento de más amplia variedad.
Un menú modelo sería:
Desayuno: Un pomelo (con edulcorante si se desea). Dos huevos en cualquier foma. Dos rebanadas de jamón u otro fiambre desgrasado.
Para una opción más dulce reemplazamos el jamón por un yogur descremado con una cucharada de salvado de avena ultrafino.
Almuerzo: Un pomelo. Una ensalada abundante de hojas verdes, condimentada con aceite de oliva y limón o vinagre de manzana. Carnes de cualquier tipo, la cantidad deseada.
Cena: Un pomelo. Ensalada abundante de hojas verdes. Carnes blancas (preferentemente pescado) la cantidad que se desee.
Infusiones durante el día: Té verde o Rojo con edulcorante.
Bebidas: Agua mineral, con o sin gas. Agua Saborizada. Té verde frío.
Entrecomidas, cuando hay hambre: Un pomelo, un yogur descremado con salvado de avena. En lugar del yogur puede ser una porción de queso desgrasado.
Como de costumbre, si se lleva a un lapso amplio de tiempo, se sigue la dieta seis días por semana dejando libre el séptimo.